Como un virus diseminarme quiero,
en cada pantalla mostrar mi estrella;
hasta los cuatro cabos de la tierra
llevar la flor de lo perecedero.
Ser alivio, ser entretenimiento,
un muro virtual contra la tristeza
y la vítrea soledad moderna.
¡Qué siga la enajenación creciendo!
No importa que de mí mañana nada
quede, en tanto en todos ahora exista
la insufrible obsesión por compartirme.
No importa que la fama se disipe,
pues mi contribución en esta vida
habrá sido viral viralizada.
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