martes, octubre 25, 2005

HOJA


Arbórea cuna de letras multiformes
donde el rebullicio de ideas se inaugura,
algunas mueven cabeza, brazos, piernas,
otras expiran a las primeras horas.

Rota, ajada, semiquemada no importa,
gozas como sea de buen predicamento;
eres ataúd de ayeres disecados,
eres lecho de mañanas incipientes.

Borrones, taches, sudores, te avejentan
y te dejan cicatrices de madera
sobre las cuales se erigen los cimientos
del sentimiento encarnado en frase nueva.

Arbórea cuna inmutable en las borrascas
del hardware y software privatizados,
sigue guardando mis letras de grafito
mientras se inficionan los procesadores.

viernes, octubre 21, 2005

PRECIPITACIÓN


Dicharacheros venablos argentados
menesterosos cráteres desmaquillan
cuando enlutado el pañuelo etéreo expulsa
sus arengas de planeta deshollado
y en fulgores de luciérnaga partida
desangra el horizonte desmadejado.

De abrojos la hambrienta espoja talla el cuello
del abismo aguijoneado de cadalsos,
hasta que sólo quede solo el susurro
vengativo del papel patibulario,
donde avezadas guadañas titilantes
consignarán nuesvas sentencias fatales.

Raudo planea el abejorro descociendo
las rejas del cautivo lábaro afable
libre ya, corre, remonta, libre ya,
alejándose del ojeroso limo,
buscando una vistosa aldea que castige
hacer camafeos con palmas de estandarte.

Dos lechuzas cruzan el rayo encallado
en la lepra de dólmenes despeinados,
atisban revoluciones de centellas,
rebatingas de protones siniestrados;
dos lechuzas vuelven del rayo varado
seguras de que el vuelo significa algo.

VIAJE


Suelo dejar mi cuerpo colgado
en el armario
entre los zapatos deportivos
y los trajes apolillados

Suelo dejar mi cuerpo quebrado
en el túnel de su abismo
herido por las gargantas
herido por las pestañas

Suelo dejar mi cuerpo roído
por los ruidos sin eco
abierto a lo cerrado
expuesto al supuesto

Suelo dejar mi cuerpo olvidado
en su silla eléctrica
cuando regreso
mi cuerpo ya no es nada