sábado, agosto 14, 2021

Sonetos Guerra a 100 años de concluída la Primer Guerra Mundial



Soneto del fusilero desengañado
Canto de un soldado austriaco

No soy Ferdinand por eso la historia
no escribirá en sus páginas doradas
mi nombre, mi vida, mis no alcanzadas
metas. No tendré ni un poco de gloria.

Moriré haciendo una jaculatoria
en la trinchera entre ratas cebadas
con las entrañas de mis camaradas.
Soldado raso sin vida notoria

yo soy, sólo uno más como los miles
que a tomar el fusil fueron llamados
y que respondieron, raudos, febriles.

¡Pobres idiotas, fuimos engañados!
Hoy que nos destripan los proyectiles
sabemos que seremos olvidados.



Soneto Elegiaco
A un camarada caído en el Somme

Tu máuser no sirvió para salvarte,
Otto, ni tu amor por nuestra Alemania.
¡Has muerto mi camarada, mi camarada!
Su sed con tu sangre el Somme ha saciado.

Si en Tannenberg sobrevivir pudiste
¿por qué tenías que caer aquí en Francia?
¿Por qué si todavía eras un niño?
¿Por qué si eras un soldado admirable?

¡Maldita guerra, Otto, maldita guerra!
Mi bayoneta más que el pecho inglés
quisiera el del vano káiser Guillermo.

¡Maldita guerra, Otto, maldita guerra!
Hoy el cielo es una mortaja oscura
que cubre tus restos y mi esperanza.



Soneto inconcluso
El soldado muere antes de terminarlo

La muerte tenemos asegurada
al llegar a los campos de batalla
de Francia. Se vaya a donde se vaya
la muerte su guadaña tiene alzada.

Veo la tierra de nadie, la quemada,
y me embarga un dolor que no se calla
ni cuando el gas mostaza o la metralla
me dejan disfrutar de la alborada.

¡Oh si durante la noche pudiera
....................................................



Soneto festivo
Canto de un superviviente

Es noviembre, la guerra ha terminado.
La gran Alemania fue derrotada,
en suelo francés ha sido humillada.
Por la guerra el mundo fue transformado.

Permanece el sufrimiento causado,
el lamento de la tierra ultrajada,
la fetidez de la muerte saciada.
La paz ya no tiene significado.

¿En cien años cómo será la humana
sociedad, vencida por sus pasiones
será una vez más o ya tendrá sana

la mente y frenará sus ambiciones?
¡Oh que no haya sido del todo vana
la guerra que acabó con ovaciones!





"Los sueños son pétalos de arena donde encallan los bergantines de mis auroras". Alberto Leon

domingo, agosto 01, 2021

Ceniza en los ojos

Ceniza en los ojos
y saco hebreo en las costillas
porque la endecha festiva
su sonsonete sombrío prolonga.
Un corazón en isla quemada
pensamientos muertos alumbra:
la feracidad se torna condena.
Del horizonte la línea enturbiada
el rumbo a tomar no se sabe,
no parece venturoso el mañana
cuando la niebla empaña el presente.
Con la voluntad sitiada
improbable se antoja el escape.
Pierde sentido la religiosa espera
y la resignación su veneno inyecta.
Es así como en la noche
de un día que nunca termina
desde lo más profundo brota
la ceniza que da brillo a los ojos.



"Los sueños son pétalos de arena donde encallan los bergantines de mis auroras". Alberto León

martes, julio 27, 2021

Desgarro Pizarnik

Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba…

Porque si bien en el coro de Rilke todos escuchan
el canto elegiaco que del hueso emana
ningún ángel se apresta a brindar consuelo.

Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba…

El Silencio políglota entonces inunda
la estancia colmada de vapores insanos
donde la fe del tamaño de un grano de mostaza
debajo de la montaña sucumbe.

Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba…

Se abren los ojos y se ve el desierto,
se abren los brazos y se abraza el desamparo,
se abre la piel y se siente el aire congelado.
No hay columna de fuego y nube
que de las huestes del miedo oculte.

Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba…

Sin esperanza el futuro se oscurece
y el canto elegiaco se vuelve anatema
dirigida hacia una sombra siempre ausente
pero que tira del cuello a su antojo.
Y con su daga el desgarro Pizarnik arriba
para instalarse en la carne compungida.

"Los sueños son pétalos de arena donde encallan los bergantines de mis auroras". Alberto Leon

lunes, julio 26, 2021

Versos apócrifos de Cortázar a Pizarnik

De abril las lilas son las flores más crueles.
Inexorables, estrangulan a la primavera
en su afán de que en ellas tus ojos reencarnen
e irradien su luz de pájaro muerto.
¡Mi bicho, vení, mi bicho, quedate conmigo
en la mesa del silencio, bebiendo niebla,
a esperar las cenizas de la noche
con las cuales escribir versos aciagos.
Mi bicho, vení, mi bicho, quedate conmigo!

- Yo te quiero viva, burra.
-No quiero ir nada más que hasta el fondo.


Vos que sabés del árbol de la ausencia,
¿por qué nos obligaste a comer de su fruto?
Vos que sabés del tiempo y su número,
¿por qué en el reloj empalaste tus horas?
Queda el desgarro, un grito hecho jirones…
Y las libretas donde corría tu sangre
son ríos enjaulados en el desierto,
vestigios de una época marchita
para siempre enclaustrada en el viento.

- Yo te quiero viva, burra.
-No quiero ir nada más que hasta el fondo.


Aquí con nosotros se entretiene la angustia,
como la condesa de Bathory nuestras doncellas
desangra para mantenerse joven y radiante.
Aquí en sus espejos nos desfigura el miedo,
y clava nuestros pies y nos cercena las manos.
Tal es el destino del hombre, su condena,
en tu elegía así lo definiste con palabras
definitivas como la guadaña que se cierne
sobre nuestros cráneos vestidos de humo.

- Yo te quiero viva, burra.
-No quiero ir nada más que hasta el fondo.


Pero solo a ver el jardín viniste, ¿cierto?,
te enamoraste del viento y con él te fuiste
treinta y seis años después de haber llegado.
Bicho aquí pegada a la noche te reclamo.
Porque el olvido es un insulto a la memoria
y la jodida muerte una provocación infame,
Bicho aquí, pegada a tus huesos te reclamo...
Que de abril las lilas son las flores más crueles
dan constancia tus ojos en ellas renacidos.

- Yo te quiero viva, burra.
-No quiero ir nada más que hasta el fondo...
Hasta el fondo...
Hasta... el...
Has...



"Los sueños son pétalos de arena donde encallan los bergantines de mis auroras". Alberto Leon

Fuente

Tal vez es el eco del mar nocturno,
la quietud que respira en las montañas,
el intervalo en que la nada existe,
el acto que hace colapsar al tiempo.

Puede que se trate de la promesa
de que pronto todo será pasado,
de que el hastío perderá los dientes
y la amargura su insano apetito.

Quizá es ese recuerdo que no debe
perderse para que tenga sentido
recordar mientras muriendo se vive.

Te preguntarás, amiga, de qué hablo.
No es ningún misterio, es muy evidente:
hablo de la Fuente que está en tus labios.



"Los sueños son pétalos de arena donde encallan los bergantines de mis auroras". Alberto Leon