El Silencio
El
silencio,
cementerio
ambulante,
resguarda
los restos mortales
de
las voces, los sonidos, las palabras
que
gritaron nuestra infancia.
El
oído aspira ausencia.
Se
pregunta por los muertos
que
no alcanzaron a dejar eco
en
el monte de la memoria.
¿Cómo
pereció el murmullo de la rosa
que
tropezó con el tímpano infantil?
¿De
qué manera murió
la
carcajada ingenua
de
una tarde de pelota y polvo?
¿Por
qué se apagó el estruendo
de
aquella hoja que al caer
sembró
el misterio del mundo?
¿Murió
de asfixia la música
que
antaño generaban los objetos
que
hoy sólo producen una sinfonía muda?
Los
sonidos de hoy
mañana
terminarán bajo una lápida.
Pero
es normal que así suceda,
nada
es fijo, nada prevalece
en
el mundo de No Es.
No hay resurrección
de
voces, sonidos o palabras,
así
como tampoco
resurrección
de infancia.
Nos
queda este silencio
donde
está enterrado
nuestro
ayer.
"Los sueños son pétalos de arena donde encallan los bergantines de mis auroras". Alberto Leon
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