jueves, septiembre 23, 2010

Abyección



Pronunciado el discurso
en honor a la estupidez
se procede a afianzar
los preceptos del antojo
y del juicio trastocado.

Vitorea el sinvergüenza
la inapelable abolición
de la cordura y de la norma,
pues ya no estará obligado
a asumir la conciencia del ser.

La responsabilidad
ante uno mismo y ante el conjunto
 no es un valor prioritario;
vale la negligencia lo mismo
que en otro tiempo el deber.

Hoy no es considerado oportuno, moderno,
enrregimentar  el obrar desaforado
 –aunque con rigor analizada la cuestión
tampoco lo fue en épocas pasadas–
a razón de que la libertad codiciada,
esa por la cual se arriesga
el alma, la vida, el aliento de los otros;
esa por la cual abogan
en sus aulas maestros ignaros,
no es aquella cuya raigambre se hunde
en el núcleo de la existencia del hombre,
sino aquella que desconoce e invalida
 la relevancia de sus necesidades innatas.
¿En qué momento cobró
tanta fuerza la mentira?
La tolerancia es contraproducente
 cuando de su condescendencia se abusa.
El juicio




1 comentario:

Anónimo dijo...

ME SABE INTERESANTE "ABYECCION".

HOLA AMIX!, AQUI DISFRUTANDO DE TUS PUBLICACIONES, ES REALMENTE BUENO. SALUDOS Y CUIDATE.... VALE.