“Que la vida iba en seriouno lo empieza a comprender más tarde.”
-Jaime Gil de Biedma
Quisimos cambiar al
mundo,
socavar sus
fundamentos.
Pensábamos que en
nuestras manos
habitaba la verdad
eterna.
Temerarios, impulsivos,
tercos,
nos condujimos sin
acierto
por un sendero abrupto.
Nuestro sentido de la
libertad
adolecía de miopía.
En la fuerza del
espíritu
consistía nuestra mayor
debilidad.
Al no saber controlar
su ímpetu
moríamos atropellados bajo su peso.
Con ojos arrogantes
oteábamos el horizonte,
el futuro estaba siendo
construido
con
bloques de soberbia y cinismo.
La vida sería el
resultado
de un plan perfecto.
Hoy las cosas han
cambiado
por el tradicional
paso del tiempo.
La única verdad eterna
es que no hay plan
perfecto.
Tampoco hay libertad
sin ley,
ni terquedad sin
secuelas,
ni fuerza de espíritu
que valga
si no se aprende a
contenerla.
Que la vida iba en
serio
uno lo empieza a
comprender
cuando se termina el
juego…
cuando se termina el
juego. "Los sueños son pétalos de arena donde encallan los bergantines de mis auroras". Alberto León
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