Hay peces con tenis en mi cabeza
y reptiles con brazos amarillos;
el absurdo ha clavado sus colmillos
en mi cerebro lleno de maleza.
No quiero signos, solo ligereza,
solo el canto de irreverentes grillos;
solo imágenes, luces, fatuos brillos
que pulvericen mi naturaleza.
¡Afuera el pensamiento enrevesado!,
no hay tiempo para las explicaciones
ni para que los ojos se detengan.
Vivo en el sinsentido, enajenado,
preso de redituables ilusiones
que hacen que mis huecos se entretengan.
1 comentario:
Un soneto perfecto escrito en base a escenas surrealistas e imágenes simbolistas para bucear en el fondo de la existencia y descubrir una vida vacía por la que pasa el tiempo, aburrido por la superficialidad y la inconsistencia de cuanto rodea al sujeto protagonista del poema. El poema tiene una gran fuerza expresiva que sacude la conciencia. Mis felicitaciones, Alberto.
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