ha plantado rosas en mi amargura
y logrado que mi pobre escritura
se vista con mucho estilo y decoro.
Otrora mi vida era un sonoro
fracaso, convulso mar de negrura,
mis aciagas letras eran pastura
de mis lindos demonios. Hoy no añoro
el viejo modo, porque soy brillante
como la pantalla en la que contemplo
mis creaciones superficiales, pero
que han hecho que la multitud cante.
Concebí y levanté un soberbio templo
gracias a la hija del uno y del cero.
"Los sueños son pétalos de arena donde encallan los bergantines de mis auroras". Alberto Leon
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