miércoles, septiembre 21, 2005

OQUEDAD


Silencio. Todo transpira punzante silencio.
Libros acribillados, quemados e inhumados,
Cuadros sellados con finos estigmas de lodo,
Esculturas impuras sobre bases de aceite,
Sonatas hartas de batutas, solfeos y tiempos,
Danzas marginadas, desvestidas y ultrajadas,
Castillos viciados detractores del Barroco.
Todo es silencio, silencio prendado al silencio.

Cavernarias efigies insinúan remembranzas
Atiborradas de garfios, lanzas y morteros;
Son gelatinosos relámpagos asfixiados
De un entonces lampiño, robusto, hospitalario.
Sucédense como sepulcros en camposanto
Rociados como aquellos de lívido plañido;
¡oh, descansa agostado músculo tronchado
Por las avorazadas navajas del pasado!

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